Mucha emoción y nervios para ver de nuevo casi un año después a The Steepwater Band otra vez en la ciudad. Una banda que se ha ganado mi admiración eterna tras ofrecer el año pasado uno de conciertos más mágicos y memorables a los que yo haya existido jamás, dejando un recuerdo imborrable a quienes tuvimos la suerte de presenciarlo. Así que haciendo un juego de palabras con el título de uno de sus discos The Steepwater Band Goin' Back Gijón, ciudad que siempre podrán considerar su casa porque serán bien recibidos.
Ayer venían acompañados ni más ni menos que con el reconocido y prestigioso músico Marc Ford, productor de su último disco y mayormente famoso por haber sido parte importante con The Black Crowes en el pasado. Ni recuerdo cuando fue la última vez que llegué a una sala antes de la hora anunciada para entrar a ver un concierto, mucho me tendría que remontar atrás en el tiempo, pero avisados como estábamos de que se respetaría al máximo el horario de inicio no era cuestión de andar con tonterías. Por lo que media hora antes allí estabamos unos cuantos esperando a que nos dejaran pasar y efectivamente a las 20:00 h., tal y como anunciaba el cartel de la puerta, el trio de Chicago saltó al escenario.
Durante 40 minutos, algo menos de lo que yo esperaba, hicieron un breve repaso a su repertorio básicamente centrado en temas de su último disco del 2008 "Grace And Melody". Muy buen sonido sin exceso de decibelios y perfecta ejecución en los temas donde sobresalieron para mi gusto "World Keeps Moving On" y "Fire Away". Tras un descanso de 15 minutos pasaron a ejercer como banda de acompañamiento para Marc Ford, en lo que podríamos poner como ejemplo para definir la palabra supergrupo, un lujo para los sentidos ver y escuchar lo que teníamos allí delante. Respaldado por una banda sobria y competente, el guitarrista californiano paso a ser el centro de atención. Pero creo que el sonido en algunos momentos no era del todo adecuado en comparación con la previa que ofrecieron TSB. Su guitarra sonaba muy por encima del resto con un sonido casí rasgado demasiado alto, creo que de manera intencionada para destacar sobre sus compañeros. En los pasajes más densos la potencia estropeaba un poco el sonido general debido a la distorsión que tapaba al resto de la banda. De todas formas, en lineas generales no fue algo que desluciera el espectáculo que estabamos presenciando. Alternaron canciones de la carrera en solitario de Marc, muchas nuevas que desconocía y supongo entrarán en una próxima grabación de estudio, junto con otros de TSB que fueron más de mi agrado.
El tramo final de la velada tuvo como momento álgido una espectacular revisión de un imperecedero clásico de Neil Young, "Cortez The Killer". Tras escuchar en directo esta canción ejecutada con esa maestría ya puedes tener por seguro que has amortizado de sobra el precio de la entrada. ¡Pelos como escarpias señores!
Como anécdota terminando el concierto, durante la última canción Jeff Massey tuvo un pequeño problema con el cable de su guitarra, y digo anécdota porque de haber ocurrido antes pasaría directamente a ser denominada como putada, que podría haber empañado un poco el devenir de la actuación. El caso es que a Jeff M. dejó de oírsele, trató de continuar enchufándola al ampli que utilizaba Marc Ford pero seguía escuchándose bajo, poco después finalizó el concierto tras 2h 30min. y la mayoría nos dimos por más que satisfechos.
No llegó a las 3 horas que se preveían de antemano pero creo que debió ser más por restricciones de la propia sala que por decisión de los músicos. En cualquier caso, buen sabor de boca el que nos dejaron tras una muy buena actuación tanto de Marc F., como de TSB, aunque no comparable a lo vivido el año pasado porque aquello fue algo excepcional, único y que dudo mucho se vuelva a repetir. Otra cosa que me llamó la atención fue ver en el puesto de merchandising un ¿nuevo? disco del señor Ford a 15 €, ¿¡?! un precio más o menos razonable de no ser porque se trataba de una copia en un cd grabable tipo verbatim y con funda de papel. Ya le vale al tio, desde luego hay que tener un poco de cara... pero no para tanto.