Pasarán de largo muchos o varios de los "grandes nombres" que pueblan el universo Rock, y puede que en Gijón no los veamos, pero siempre nos quedarán otros, como Casablanca, que con apenas un par de discos y una discreta promoción devuelven el significado y la fé a un estilo que algunos se empeñan dar por enterrado. Venían precedidos de muy buenas críticas desde que dieron comienzo a su gira española, arrancando en Alcalá de Henares, y con el aliciente de ver entre sus filas a un gran guitarrista como es Ryan Roxie (Alice Cooper, Slash's Snakepit...), las pocas dudas que pudiera tener de antemano se disiparon de un plumazo. Así se presentaba una noche entre semana con dos bandas en cartel, puesto que los encargados de abrir la velada serían Leather Boys, que ejercieron de anfitriones y a mucha honra.
Leather Boys dispusieron de tiempo suficiente como para encender la mecha y que esta se mantuviera a lo largo de una hora, gracias a unos cuantos temas que destilan Hard Rock 80s, Glam, Cuero y letras explícitas, sexuales y provocativas. Muy buen sonido y mejor actitud, supieron sacar adelante un show festivo que aderezaron con comentarios entre canciones arrancando alguna que otra risa. El puntazo fue verlos tocando "I'm Eighteen" (¿de Tom Petty?, no) de Alice Cooper con la participación estelar de Ryan Roxie, que tuvo el detalle de retrasar su cena para acompañar a los astures, como atestigua el siguiente video.
Sobre Casablanca, muy grata sorpresa, mejor de lo que esperaba. Las buenas palabras que cosechan no son gratuitas. Al principio de la gira algún amigo nos lo advirtió, pero teníamos la mosca detrás de la oreja con eso de que su actuación no llegaba a la hora de concierto. Parece ser que han ido ampliando el setlist conforme avanzaron las fechas y en Gijón se estiraron un poco más. Aproximadamente, setenta y cinco minutos muy engrasados que no decepcionaron a nadie. Al contrario.
Desde el principio todas las miradas recayeron sobre Ryan Roxie, que convierte en arte todo lo que saca de su guitarra. Rebosante de carisma, espectacular verlo a dos palmos de narices, bien acompañado por un equipo que completaban la rubia baterista Josephine (vaya como le mete!), Erik Almström a la otra guitarra, el bajista Mats Rubarth (también conocido por su pasado como futbolista profesional en Suecia) y el frontman Anders, con un estilo muy peculiar y un punto de freakismo importante, no exento de una gran voz, todo hay que decirlo.
Repasaron sus dos álbumes en profundidad, alargando algunas canciones en sus partes más guitarreras y con un sonido en general buenísimo, mucho más compactos y potentes que en disco. Para el recuerdo algunas de las mejores canciones, como "Hail The Liberation", "The Giant Dreamless Sleep", "Downtown", o "Rich Girl" que al final tuvieron el detalle de dedicar a Leather Boys. Sin duda una buena velada, dentro de un gran ambiente para un concierto entre semana. Empezamos bien el año y que siga la racha!!!