Doble cartel de altos vuelos el que se presentaba en Stª María del Páramo el pasado domingo. Por un lado, los asturianos
Ethiva, que próximamente editarán su primer disco; y por el otro, desde Eindhoven:
Radar Men From The Moon, una de las revelaciones del 2012 gracias al ultrarrecomendable
"Echo Forever". Ambas formaciones rendían tributo esta noche al ya desaparecido
Territorio Lunar, con una despedida al Festival y a la
Taberna Belfast, que pronto echará el cierre definitivo, no sin antes ofrecer una segunda fase lunar
y otra serie de actividades que tienen programadas hasta el 29 de septiembre.

Serían las 21:45h cuando salieron
Ethiva al escenario, sin apenas tiempo de probar, y en consecuencia un ligero traspiés durante la inicial "
Clouds", que a la postre quedaría en anécdota. Solventados los nervios y el problema con el micro, poco a poco fueron cogiendo el pulso y sintiéndose cada vez más a gusto. Les costó arrancar pero una vez subidos a
"The Chemical Train", ya no hubo marcha atrás. Ni los fallos técnicos empañaron una actuación que debía salir bien por narices, echándole agallas y algo más que buena voluntad, hasta la nueva canción sonó espectacular dentro de un repertorio variado tanto en la forma como en estilo. De la psicodelia de
Pink Floyd, pasando por la experimentación de
King Crimson, y el rock progresivo con ritmos jazzísticos, el trio baraja un amplio abanico de influencias, pero intentando sonar a ellos mismos con una identidad propia que gana cuerpo en directo. A destacar, sobretodo, lo que ha mejorado el grupo con la incorporación de
Ramón (batería), imprimiendo mucha más fuerza y versatilidad, y compenetrándose a la perfección junto con
Jandro (bajo/voz) y
Javi (guitarra). Ojo a estos tres y lo que se traen entre manos porque son muy finos. Esperamos por ese disco.

El concierto de Radar Men From The Moon prometía ser un viaje lejano hacia fronteras desconocidas, una invitación con billete de ida rumbo al espacio, alunizaje incluído. El trio holandés tomaba el relevo en la nave del Belfast con la frialdad de quien está seguro de sí mismo. Así son estos chicos, aparentemente poco expresivos, de carácter reservado y serios, o puede que algo tímidos. Sin embargo, todo cambia cuando enchufan sus instrumentos, siendo capaces de transformar la realidad en ficción (o viceversa) y de adentrarnos hacia su particular universo musical, compuesto de múltiples elementos psicoactivos. La reacción fue inmediata: antes de que nos diésemos cuenta, la intro de "Atomic Mother" ejerció como detonador, sin presentaciones ni mediar palabra.
Comenzaba de esa manera una fantástica odisea instrumental que se prolongaría por el espacio de una hora, aprovechada al máximo, repasando íntegramente "Echo Forever" de principio a fin, sin interrupciones de ningún tipo. Entre canción y canción rellenaron con sonidos sampleados y efectos que cumplieron con su objetivo, como en disco, dando mucho juego para recrear una atmosfera muy Sci-Fi. "Darkness", "Heading For The Void", "Dance of..." todas ganan en intensidad con el directo, mucho más potentes, y sorprenden por la variedad de recursos que atesoran, pudiendo pasar en segundos por diferentes pasajes que lo mismo recuerdan a Hawkwind, Russian Circles o Yawning Man.
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Glenn Peeters (guitarra), Tony Lathouwers (batería) y Jan-Titus Verkuijlen (bajo) |
Entre Psych Rock y el Stoner más espacial perdimos la noción del tiempo y, de repente, con los pies en el suelo y la cabeza en la luna, el viaje llegó a su fin. Muy placentero, eso sí, tanto que no íbamos a permitir que se terminase con "Where The Sky meets Earth", tal como tenían programado. Así que insistimos hasta conseguir un bis que los obligó a regresar con la excepcional "The Wire", que nos voló la cabeza durante diez minutos hasta ya no poder más.