Menuda brutalidad sonora la que nos ofrecieron el jueves tanto LOAN como SUMA, toda protección que llevasemos fue poca para evitar un zumbido en los oídos post-concierto, casi dos horas de duración total entre las dos bandas con un reparto bastante equitativo en los tiempos. Los primeros 50 minutos fueron para los bilbaínos, donde las canciones de su último album "Hontziria" fueron las protagonistas. Precisamente "Formol Egoeran", al igual que en el disco, sirvió de apertura para dar comienzo a su actuación. Las primeras notas se dejaron sentir de manera muy fuerte e intensa en toda la sala y a la segunda canción las paredes del Savoy empezaron a temblar, esperábamos algo vibrante pero no hasta tal punto que el ampli del bajo se resintiera jugándole una mala pasada al bueno de Mikel. Después de enchufarlo de nuevo en su sitio continuaron con normalidad, aunque no fue el único percance que tuvo pues la voz no estaba bien canalizada desde la mesa de sonido, y en varias ocasiones se quejó por ello. Pero ni estos dos detalles empañaron un buen concierto de LOAN, con versión incluída de DUT, más dos temas del primer disco, de los cuales "Amodio-Gorroto Kumeak" sirvió para cerrar su actuación y de paso dejar el listón bien alto para los suecos que venían detrás.
SUMA están utilizando el backline de LOAN durante esta gira, supuestamente esto es algo que afectaría de forma negativa su propio sonido, o eso afirman quienes los vieron en otras ocasiones y pueden comparar. Pero para mi que era la primera vez y no esperaba nada en concreto me sorprendieron muy gratamente. Dispusieron de una hora en la que fueron desgranando varios temas de su último disco "Ashes", construyendo una auténtica muralla de sonido desde el principio. Fueron de menos a más y según se acercaban al final aquello parecía que iba a reventar por algún sitio, sonaban extremadamente burros y enlazaron unas canciones con otras sin dar lugar a respiro. Su mezcla de Noise-doom-drone gana muchos enteros en directo, realmente aplastante por momentos, con largos desarrollos instrumentales quedando las voces en un segundo plano. Esto queda patente en supuesta en escena, la batería en el centro delante del escenario y el vocalista detrás con poca participación pero cumpliendo sobradamente cuando llega su turno, a veces hasta con dos micros a la vez para conseguir efectos en las voces. Como se tira muchos minutos sin cantar, mientras se entretiene en formar su propia coreografía, algo parecido a prácticas de Tai - Chi y que visualmente llama mucho la atención.

De entre todos hay que destacar a ese pedazo de batería que tienen llamado Erik, con una pegada descomunal y tirando a bloque del grupo en todo momento. Un puro espectáculo en sí mismo. Al final fueron 60 minutos clavados en los que SUMA centraron su repertorio principalmente en el último disco, además de una incendiaria "Let The Churches Burn" que fue de lo mejor de la noche. Eso y que todavía estamos aquí para contarlo, madre mia que bestialidad...