
Vaya por delante que no puedo ser objetivo con esta banda, me encanta el rock n' roll surfero y
Los Coronas son actualmente un seguro de vida en directo. Como le decía hace unos dias a un amigo, hoy por hoy posiblemente sean de lo mejor a nivel mundial en este género sin temor a equivocarme ni exagerar lo más mínimo. La Sala Acapulco volvió a ser punto de encuentro otra vez ni un año después de su última visita a nuestra ciudad y si no hubo lleno poco faltó. A veces parece que se hace justicia y no es de extrañar que los tengamos por aquí a menudo. El público de Gijón responde con
Los Coronas gracias a su buen hacer por estos lares, y se han ganado por méritos propios ser una banda de lo más querida en nuestra tierra.
Salieron a escena con sombreros de cowboys empezando ya con inicio abrumador tras varias versiones, primero fue "Libertango" y después "Jinetes Radiactivos". Lo mismo da que mezclen el tango con el surf, o que conviertan un clásico de
Kraftwerk fusionado con
"Ghostriders In The Sky" dando lugar a una nueva canción rebautizada con aires western. Hagan lo que hagan les sale perfecto. Después de "Youza"
Fernando Pardo nos advierte que esto es solo un calentamiento y ahora empieza el concierto de verdad. Ese tio a parte de ser un cachondo mental es todo un hacha con la guitarra, sabe sacarle el sonido adecuado en cada tema y se agradecen sus comentarios entre canciones. Hacen que todo sea mucho más divertido y espectacular a la vez. El resto del set list, cargado de temas efervescentes llenos de ritmo que invitan al baile más desenfrenado. Canciones desérticas y fronterizas como "Sangre en la arena", "Hacha de guerra" o "Rumbaleros" a las que imprimen un toque latino, tienen su apoyo en la labor del trompetista ucraniano
Evgeni. Importante y destacable la funcion de este quinto corona, casi en la sombra pero fundamental para el sonido del grupo.
Lo de Javier Vacas con el bajo y
David Krahe con la guitarra también es digno de reseñar, formando una base rítmica super-rockera infalible en todo momento. Según ellos los cantantes están "hipervalorados" por lo que adelantan sobre el escenario a su batería
Roberto Lozano, impresionante lo de este tipo, todo un portento a las baquetas imprimiendo siempre un ritmo lleno de fuerza, algo fuera de lo normal.

Después de un primer bloque
de spaghetti western, siguieron con las pelis de detectives versioneando a
Johnny Rivers en
"Secret Agent Man", luego a
Bill Dogget en "Honky Tonk". Y lo que nos faltaba por escuchar: homenaje conjunto a
Joe White y a la
Creedence Clearwater Revival en
"Polk Salad Annie" con una introducción del "Born on The Bayou". Sin duda uno de los mejores momentos del concierto con un público enfervorecido aplaudiendo y jaleando a la banda. La comunicación con el público siempre constante y la entrega fue total por nuestra parte como pocas veces recuerdo yo en esta sala.
Se suceden las canciones y nosotros seguimos metidos dentro de una película imaginaria con una trepidante banda sonora. Turno para "Big Wave" y "Rumbaleros", (de lo mejor de su último disco) antes de llegar a su particular versión "Flamenco" de
Los Brincos, tema que sacaron hace poco en un ep compartido con
Hi-Risers. La música de
Los Coronas tiene una clara raiz hispana-latina-mexicana y explotan eso al máximo, como ejemplo (otro más) se marcaron una impresionante versión con "The Wedge" de
Dick Dale. Luego el momento de intercambio de mástiles por parte de los guitarristas que llega con
"80 Foot Wave". Y hasta aquí el primer pase antes de los bises.
Pero nos esperaba un final de traca empezando por "Peter Gun" de
Henry Mancini. "El baile final", "Rancho Leone", "Maremoto" ... joder, ¡menuda exhibición! Y de regalo un guiño a
Sam Peckinpah con "La Huída". Casi dos horas de espectáculo arrollador, con impecable sonido. De lujo.

Por cierto, que esta vez no hicieron el "A la mierda" pese que más de uno la pidió. Tampoco hizo falta, yo me di por satisfecho. Pero aprovecho para comentar que la escena rockera española sí se puede ir a la mierda si no apoyamos más a nuestras bandas. Muchas de ellas merecen más atención de la que reciben, por lo que recalco el mensaje final de un agradecido
Fernando Pardo en su despedida: hay que llenar los conciertos, apoyar a los grupos, y seguir participando de experiencias como estas. Amén.