Se cumple ahora justamente una semana del concierto de
Mark Lanegan en Avilés. Podría parecer esta una crónica tardía, pero hay encuentros en la vida que no se olvidan fácilmente y permanecen frescos durante mucho tiempo en la retina. Se daban todos los condicionantes para que la tarde-noche del domingo saliera perfecta, y así fue. Buen recinto, buena hora respetándose la puntualidad, una vista inmejorable, pese a la imagen que ilustra esta entrada (no dejaban grabar ni sacar fotos) y, por supuesto, en buena compañía.
De inicio
Lyenn y después
Duke Garwood, se encargarían de amenizar los minutos previos, con sus respectivas actuaciones en solitario, para posteriormente sumarse a la banda con
Mark Lanegan. Una banda que se completaba con
Jeff Fielder a la guitarra y otros dos instrumentistas, incluyendo secciones de cuerda, viento y percusión.
Con "When Your Number Isn't Up" arrancó el concierto y tras ella la primera ovación de la noche. Se fueron sucediendo más hasta el final entre canción y canción, repasando un set que abarcó varias estapas de su carrera ("Bubblegum", "Field Songs", "Blues Funeral") antes de atacar los dos trabajos editados este año: "Imitations" y "Black Pudding".
La iluminación, muy tenue, y una acústica perfecta recrearon un ambiente muy cálido, a lo cual también ayudó que no hubiese móviles ni cámaras grabando (cosa de agradecer), y así, prácticamente sin darnos cuenta, se fue consumiendo la primera mitad del concierto, entre canciones como "One Way Street", "The Gravedigger's Song" o "Cold Molly".
Mark Lanegan nos sorprendió con su nueva imagen de crooner, faceta en la que se desenvuelve cómodamente (qué lejos queda el grunge), y también llamó la atención el contraste de su rostro impenetrable, inexpresivo y poco dado a interactuar, con esa voz capaz de erizarte los vellos del cuerpo ya sea con temas propios o ajenos, cargada de emoción y profundidad. Porque a parte de las versiones incluídas en "Imitations" ("Pretty Colors", "Mack The Knife", "You Only Live Twice") nos obsequió con "Satellite Of Love" de Lou Reed, ¡Sensacional!
Todavía se guardaría otro as en la manga: "Halo Of Ashes" (Screaming Trees), que nos sacudió de lleno con toda su electricidad, poniendo de manifiesto el buen hacer de Jeff Fielder con la guitarra y que Mark Lanegan, en el fondo, no puede renegar de su pasado, ese que muchos echamos de menos aunque sigamos con devoción todos sus proyectos. La próxima vez esperemos que más y mejor, porque hora y cuarto de concierto supo a poco, pero bueno... Estuvo bien mientras duró. Muy bien, sí señor.
2 comentarios:
Me haces babear Karlam, siempre pienso q nunca veré a Lanegan en directo porque la costa levantina no la frecuenta excepto Barna.
Tuvo que ser algo hechizante presenciar esa voz tan personal e intransferible, una pena q el paraiso fuese tan breve.
No desesperes PUPILO, nunca sabes cuando la vida te dará otra oportunidad. Lanegan se deja caer con frecuencia por nuestro país, y quién sabe, a lo mejor si no va por el Levante puedes desplazarte tu para la próxima.
Más que breve, es que cuando lo pasas bien el tiempo corre deprisa, jeje.
Saludos amigo!
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