La jornada inaugural del Euroyeyé 2014 se presentaba con dos atractivos conciertos para la noche del Jueves. En primer lugar, dentro de la Plaza del Ayuntamiento, en vivo y en directo Brenda Holloway, venida desde California en exclusiva para actuar en el Festival.
Previamente, y en el mismo escenario, los asturianos Attica Revolution amenizaron durante 40 minutos la espera con un repertorio de música negra (Soul/Funk/ Blues), escaso, teniendo en cuenta que hasta el momento solo tienen un 7" pulgadas editado. Eso sí, añadieron algunas versiones como "California Dreaming" (The Mamas & the Papas), un guiño instrumental hacia Brenda Holloway, quien haría acto de presencia minutos después, ya entoces arropada por la misma formación asturiana que ejerció como banda de acompañamiento.
La diva del sello Motown tuvo un cálido recibimiento por parte del público gijones. Enseguida mostró sus dotes haciendo gala de una voz privilegiada, sin perder la sonrisa, siempre agradecida y derrochando simpatía entre canción y canción. Cómo no, entre las más celebradas, "Every Little Bit Hurts" y "You Made Me So Very Happy", dos de sus clásicos que no podían faltar. Las anécdotas de la noche: un atril con las letras a modo de chuleta que de vez en cuando ojeaba Brenda, y la presentación de "su banda", ya que desconocía sus nombres al ser la primera vez que se juntaban.
Otra buena anécdota fue ver a Brenda Holloway acercarse hasta el Casino, sin duda le iba la marcha, y es que a eso de las 00:30h nos esperaban los Night Beats dispuestos a dar un golpe de efecto más contundente, con una propuesta musical que no encajaba del todo a priori en este Festival. En cualquier caso, y teniendo en cuenta los precedentes, las expectativas eran máximas con el trio de Seattle, y como prueba los 300 asistentes que nos juntamos en la sala esperando esta descarga de Psych Rock & Garage.
Una descarga de alto voltaje no apta para oídos sensibles pero bien recibida, sobre todo para seguidores del sonido Austin-Texas, dentro de la nueva ola psicodélica y abrasiva que arrasa en los últimos años por esos lares extendiendo sus tentáculos sobre el resto del planeta. Lee Blackwell, James Traeger y Tarek Wegner dieron un recital de una hora, sin bises pero a piñón, durante la cual tuvieron algun percance, como esa cuerda de la guitarra de Blackwell que se rompió en el primer tercio de actuación, y que sorprendentemente no sustituyó pese a llevar dos. Sin tiempo que perder ni respiro que dar, Night Beats fueron de menos a más desgranando parte de sus dos discos de estudio: "H-Bomb", "The New World", "Playing Dead", "Outta Mind"... en plan kamikaze, igual que morteros directos a la pista de baile.
Pese a que estuvo muy bien, algunos nos quedamos con la miel en los labios, con la impresión de que pudo haber más y mejor. Tampoco importó demasiado. Para una noche de verano y "orbayando" -sesión allnighter incluída- que nos quiten lo bailado y a disfrutar de la vida, ¡que son cuatro dias! Y, ¡ojo! XX ediciones de Euroyeyé que todavía seguimos celebrando.
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