Josh Blienser - Guitars, Backing Vocals James Geekie - Drums Doug Bjur - Vocals Daniel Pye - Live Guitars, Backing Vocals Alex Taubert - Bass |
El regreso de Shellfin es una gran noticia después de esperar un lustro y dejarnos sedientos tras aquel debut tan impresionante que nos maravilló en 2010. Uno de los mayores pelotazos de aquel año que degustamos a placer los seguidores del Stoner Rock. En todo este tiempo las noticias llegaban a cuenta gotas y no hacían presagiar nada bueno, cambios en la formación, siendo lo más preocupante la baja de su vocalista Dyob, un tio con una gran voz que encajaba como un guante. Pero los australianos, ahora quinteto incorporando un segundo guitarrista y con nuevo bajista, vuelven por sus fueros sorprendiendo de nuevo.
Grabado en 2013, mezclado en 2014 y por fin autoeditado el pasado mes de marzo, 'Cities Without Names' se ha hecho de rogar, algo así como un parto lento y doloroso que ve la luz tras mucho esfuerzo, quizás de ahí la canción 'Tomorrow Never Arrives'...quién sabe, lo cierto es que este nuevo renacimiento es a su vez la perfecta continuación que cabía esperar de 'Secondhand Family'. Y eso quiere decir: otra bomba de Stoner Rock llena de polvo y arena, ¡así que agárrense los machos!
¡¡Buen disparo!!
Inexplicable como estos tipos aún no tienen sello discográfico, de haber justicia este segundo album debería ponerlos definitivamente en órbita, suena tremendo y cuentan sus canciones por temazos, once para ser exactos. No esconden sus influencias, siguen con buen paso la onda marcada por Monster Magnet / Kyuss, o de los más recientes Red Fang, pero con suficiente personalidad y estilo para resultar creíbles. ¿Y que nos encontramos dentro de este album? Resumiendo: Riffs pesados, melodías con gancho, pedales Fuzz, algunos teclados, una base rítmica muy potente, voces correosas, buenos coros, mucho groove, una pizca de psicodelia, guitarras acústicas... En definitiva, ¡un artefacto de lo más completo!! Poco más que añadir, salvo unas cervezas bien frias para acompañar la escucha y zambullirnos de cabeza al desierto.
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