
La noche del viernes reunía por segunda vez a estos dos grupos juntos en el mismo cartel. La primera fue en Gijón, el pasado mes de diciembre, y este fin de semana tocaba en Oviedo, en La Salvaje. Fue una noche especial porque los de Bilbao nunca habían tocado hasta ahora en la capital del Principado, y
Hammercross anunciaron que este sería su último concierto, el de la despedida.

Sobre las 21:45h
Negracalavera empezaron a descargar prácticamente en su totalidad las canciones de su álbum debut y el más reciente Ep '
Espérame en el coche'.
Javi y
Fiz (guitarras),
Tobal (batería),
Pintxo (bajo) y
Txemi (voz) son un quinteto que evidencia fuerza y desparpajo sobre las tablas, se dejan las pelotas en directo, sus canciones son puro Rock'N'Roll High Energy de corte clásico, con unas letras deslenguadas y jerga callejera, a veces recuerdan a esos grupos escandinavos tan venerados como Gluecifer, Hellacopters, Supersuckers... o por qué no también, a sus vecinos Porco Bravo. Y sí, ¡bravo por ellos!! Un concierto muy convincente, demoledor y sin concesiones.

Qué decir de HAMMERCROSS que no haya comentado ya. Perdí la cuenta de las veces que los habré visto durante estos once años de vida y, precisamente por ello, no me quería perder la de la despedida. Sensación agridulce, se hace extraño y jode bastante que un grupazo de este calibre diga adiós por las razones que sean (y que podemos imaginar...).
En todo caso, desde el principio y hasta el final, dejaron bien claro que iban a tocar esta noche como si no hubiera un mañana. Empezando con esa 'Go' que dio el pistoletazo de salida, siguiendo 'A tope...' por una ruta 'Suicida' entre llamaradas ('no hay vuelta a atrás, hoy todo cambiará, todo arderá...'), echándole todo lo que hay que echar, alma y corazón, fuerza y garra, más leña al 'Fuego'. Hasta la última gota de sudor se iban a dejar!!!
El power trio rugía como un buen motor enrabietado, intercalando piezas de su discografía, haciendo un buen repaso a temazos de Rock'N'Roll bien engrasado que fueron descargando a quemarropa. La base rítmica no escatimo en potencia, los riffs de Lolo y su garganta retumbaban en la sala, ráfagas de Hard Rock que nos hicieron mover los pies y alzar nuestras cervezas. Lo dieron todo y más. Si realmente esto fue el final, murieron matando sobre las tablas, prendieron fuego a La Salvaje y ardimos con ellos. Pese al anunciado retiro, muy felices y contentos. Muchas gracias por todo... ¡Y hasta siempre!!!