UNSANE - Wreck (2012)

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Uno de los acontecimientos más a tener en cuenta para este mes de Junio es el regreso de los siempre bienvenidos Unsane. El trio de Nueva York, después de haber girado con Melvins recientemente por los USA, acaba de regresar al viejo continente iniciando ayer lunes un tour que los tendrá bastante ocupados recorriendo multitud de ciudades, entre las cuales se encuentran Bilbao, Madrid y Barcelona (junto a Big Bussines como banda invitada). La excusa no es otra que presentarnos su nuevo trabajo: "Wreck", el séptimo en su discografía y primero para el sello de Jello Biafra, Alternative Tentacles.

A nadie se le escapa que Unsane es una de las bandas más poderosas del planeta dentro del Noise Rock/Metal. Precursores y estandartes de un género que abanderan prácticamente desde su nacimiento, allá por finales de los años ´80, son considerados auténticas leyendas en su estilo. Supervivientes en el sentido más amplio de la palabra, no siempre la historia y la suerte les vino de cara, tuvieron que lidiar con serias dificultades a lo largo de su carrera, como la muerte por sobredosis del baterísta Charles Ondras en sus inicios, el ostracismo incomprendido en comparación con otras bandas coetáneas de su generación, o las brutales palizas que sufrieron algunos de sus miembros en sospechosas circunstancias. De una en concreto se comenta que a punto estuvo de palmarla Chris Spencer durante una gira por Austria. Casi nada.

Chris Spencer (guitarras/voz); Dave Curran (bajo); Vincent Signorelli (batería)

Sangre, sudor, mala hostia... sobre todo sangre, siempre y que no falte (casi como una obsesión salpica y se repite en todos sus trabajos), "Wreck" continúa fiel a una tradición que los caracteriza conservando la integridad de sus principios. De nuevo una portada hiriente y violenta a la vista, inspirada en su afición por la estética del género gore y de terror, nos hace presagiar que estamos ante otro artefacto que contiene de todo menos buenas intenciones. Chris Spencer vocifera con su habitual mala baba manteniendo intacto su espíritu hardcore, una constante en todos los cortes, y también deja entrever otras influencias a la hora de tocar la guitarra. Hay excepciones que sorprenden y para bien, donde esa orientación del sonido rebaja su crudeza y se impregna de una suciedad más blues, arrastrando riffs polvorientos cargados de slide y armónica. Son precisamente canciones como "No Change" y "Stuck" las que marcan la diferencia en este sentido, sin por ello dejar de ser auténticos temazos.

Puntapiés en la entrepierna, puñetazos en toda la jeta, infectos callejones de los bajos fondos, sabor a decadencia, ahí está la herencia no legítima y bastarda de la ciudad que los ampara en canciones como "Metropolis", "Ghost" o "Decay". Testimonios sonoros llenos de inclemencia, dañinos como la vida misma, acompañados de poderosas distorsiones y una macabra visión de la realidad. Ahí dejan una versión final irreconocible del "Ha, Ha, Ha" (Flipper), espeluznante donde las haya, cuya carcajada no querrías escuchar ni en tus peores pesadillas. Una muesca más en el haber de Unsane y otro disco a favoritos, de los que dejan una imborrable cicatriz en la memoria.