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El pasado fin de semana nos visitaron The Last Vegas por segundo año consecutivo. Esta vez hubo cambio de escenario, más acorde a un grupo de sus características, en la Sala Acapulco que ofrecía mayores posibilidades en cuanto a espacio y sonido para disfrutar del espectáculo. Lástima que las buenas previsiones no se confirmaron y la afluencia de público fue menor, aún así tampoco fue una mala idea repetir y quien se dejó caer por allí seguramente no salió decepcionado. Aunque suene a paradoja, la única "maldad" a la que nos enfrentábamos era también un buen aliciente: "Bad Decisions", el nuevo trabajo que están presentando en esta gira los de Chicago, y que los debería catapultar de una vez por todas hacia mayores cotas de audiencia. Por desgracia, no parece ser el caso.
Poco importa las credenciales que avalan a este grupo, que si AC/DC, Motley Crue y Buckcherry se los llevan de gira para abrir sus conciertos, que si Nikki Sixx les produjo un disco, que si más de 18.000 seguidores en su página de facebook... Nada, que aquí no hay manera y tampoco es relevante lo bueno o malo que seas, a veces es cuestión de suerte o de gustos, pero otras (y por desgracia la mayoría) es tan simple como que Gijón no rockea.
Setenta y cinco entradas vendidas para ver a estos tios es un pobre balance se mire por donde se mire. Y The Last Vegas la clase de grupo que debería petarlo entre un público que presuma de tener entre sus preferencias buena música, concretamente la que abarca estilos tan diversos como el Hard Rock / Sleaze / Heavy Rock, de marcada esencia 80/90s. Quizás no esté de moda o llegan tarde, pero a dia de hoy no existen muchos exponentes que defiendan esta bandera con tanta solvencia y profesionalidad.
Nos golpearon con unas cuantas novedades. La primera en la frente: "Beat To Hell", sirvió para abrir un melón de varias rodajas más entre las que destacaron "Other Side", el single "Evil Eyes", "She is My Confusion", la versión "It Ain´t Easy" de David Bowie. Se nota que llevan tiempo machacando las del nuevo disco y es que, como quien no quiere la cosa, ya tiene un añito la criatura. En cuanto a la puesta en escena, Chad Cherry (a medio camino entre Steven Tyler y Alice Cooper) acapara el centro de atención por su entrega y capacidad vocal, sin desmerecer en absoluto al resto de compañeros, de los cuales volvió a sorprenderme la pericia y fuerza bruta del baterista Nathan Arling.
Para terminar "We'll Drink Free" y "Love Me Bad", los bises que pusieron el broche final a hora y media de concierto, volviendo a confirmar que The Last Vegas son una de las bandas más en forma de la actualidad en directo, al menos por los caminos del Sleaze Rock / Hard Rock salvaje y festivo. Afortunados nosotros que fuimos testigos, no nos pudimos quejar.
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