Vamos con la crónica de una muerte anunciada. No es grato decir Adiós a una de nuestras bandas favoritas, y tampoco menos triste por esperada su disolución, pero había que estar allí presentes, en uno de sus últimos coletazos, para verlos morir matando y formar parte del cortejo fúnebre que acompañase a los ya casi difuntos Viaje a 800. Todo fue muy familiar, así son los entierros, muchas caras conocidas y una extraña sensación común entre los presentes que, en mi caso, aún perdura. Paradojas de la vida, a su vez, el encuentro también era motivo de celebración y con esa idea íbamos, la de quedarnos con lo positivo de haber sido testigos de excepción en una despedida tan grande como su propio legado.
Sobre Arenna recayó el honor de abrir la velada, que no velatorio, sin duda unos invitados de lujo para la ocasión, dándose la curiosa circunstancia de que su debut se produjo años atrás teloneando a Viaje a 800, y el sábado volvían a compartir cartel por última vez. Los de Vitoria serían puntuales respetando la hora inicial prevista y, ante un público entusiasta por verlos de nuevo, rompieron con una introducción novedosa puramente instrumental.
Sobre Arenna recayó el honor de abrir la velada, que no velatorio, sin duda unos invitados de lujo para la ocasión, dándose la curiosa circunstancia de que su debut se produjo años atrás teloneando a Viaje a 800, y el sábado volvían a compartir cartel por última vez. Los de Vitoria serían puntuales respetando la hora inicial prevista y, ante un público entusiasta por verlos de nuevo, rompieron con una introducción novedosa puramente instrumental.
El principio de su actuación sonó un tanto sobrecargada, les disculpa que apenas tuvieron tiempo de probar, pero pronto enderezaron la marcha yendo de menos a más, prolongándose hasta la hora de duración pactada de antemano. Pese al sonido irregular del principio, esa intro "5" (pendiente de bautizar) dejó muy buenas sensaciones y nos hace ser optimistas de cara a un futuro segundo disco, que está en camino, del cual pudimos escuchar otro par de adelantos: "Apolonio" y "2", que redundan en su apuesta por el stoner de fuerte carga psicodélica. Las impresionantes "Fall of the Crosses" y "Eclipse", tocadas de seguido y en el mismo orden que el disco, dieron mayor consistencia y seguridad para encarar el segundo tramo de concierto. Un concierto que aún gustándonos supo a poco, y es que tenemos comprobado que grupos como Arenna sin restricciones de horarios se sienten más cómodos sobre el escenario. Con "Receiving The Liquid Writings" daban por finalizado el show y, a su vez, la bienvenida a los verdaderos protagonistas de esta noche.
Veinte minutos de intermedio y ya teníamos delante al trio de Algeciras con una motivación palpable, directamente proporcional a nuestra gana por verlos. Poti, a la voz cantante, empuñaba el bajo mientras saludaba la respetable luciendo camiseta de Soundgarden. Cubriéndole las espaldas, Andrés, magnífico acompañando el ritmo toda la noche; y a su lado Ángel, (al que dedicamos un "cumpleaños feliz" cantado mitad euskera, mitad castellano) que nos dejó boquiabiertos más de una vez con su espectacular dominio de la guitarra.
En cuanto a los temas que fueron cayendo, ahí está el setlist, las primeras del "Estampida de Trombones" darían inicio a un viaje de dos horas absolutamente alucinante, sin desperdicio, con detalles para el recuerdo memorables. Vaciaron medio "Coñac Oxigenado" y la borrachera llegó con "Ni perdón ni olvido", "Tangarnina Blues" y "Oculi Omnium...", tres buenas razones para perder la cabeza y nublar los sentidos a base de una embriagadora mezcla heavy psych/hard rock de alta graduación. Txus de Arenna se prestó al brindis y subiría en un par de ocasiones al escenario para sumarse a esta celebración, poniendo el grito en el cielo y el megáfono en la mano para "Cabezas de Tugsteno", indudablemente uno de los highlights de la noche (junto a las palmas espontáneas de "Oculi Omnium..."), con toda la sala vociferando al unísono la parte final. ¡Para quitarse el sombrero, señores!
foto Uzu Maki |
Irremediablemente se iba acercando el final, pero no había tiempo ni de pararse a pensar en ello. Perdimos toda noción de la realidad envueltos en esa andanada Stoner titulada "Solo", y nos dejamos llevar cuando "Los Angeles que Hay en Mi Piel" vinieron a buscar nuestras almas. Una Poesía teñida de negro hecha canción, la sintonía perfecta para cerrar dos horas de concierto que supieron más a gloria que pena. Ahí quedó la rúbrica de Viaje a 800 para la Historia, la misma que les dio la espalda y algún dia los reinvidicará como lo que fueron, una de las mejores y más infravaloradas bandas que dio el Rock underground estatal.
+ FOTOS DEL CONCIERTO PINCHANDO AQUÍ
2 comentarios:
Mi grupo de Stoner preferido junto a Kyuss y Sleep, con una calidad y personalidad fuera de toda duda.
Más grandes que la puta vida tanto en disco como en directo.
Fueron tan grandes que la etiqueta "Stoner", aun sin faltar a la verdad, se les quedó muy pequeña. Da mucha rabia que no hayan tenido más suerte porque sin duda la merecían, podrían haber seguido pariendo enormes discos y nosotros disfrutando con ellos. Pero es su decisión dejarlo aquí y hay que respetarla. Así es la vida, amigo Yurik...
Gracias por pasarte y comentar.
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