El primer desplazamiento del año fuera nuestra región bien mereció la pena. Viajamos hasta Bilbao el pasado sábado para ver la actuación de los canadienses Black Mountain, en el mejor escenario de la ciudad y, sorprendentemente, rodeados de un ambientazo increíble. Muchos amigos y caras conocidas en los aledaños y dentro de la sala del Antzoki, que estaba a rebosar. Al margen de su indudable calidad, parece que este grupo llega en su mejor momento, captando la mayor de las atenciones por parte de público y medios especializados.
Sobre los teloneros The Backhomes poco podemos decir, puesto que llegamos para ver el tramo final de su concierto, y no logramos conectar con su propuesta musical, nada favorecida por la bola de distorsión que desplegaron a todo volumen. El plato fuerte llegaría hacia las 23:00h cuando el quinteto de Vancouver hizo sonar 'Mother Of The Sun' entre tinieblas, la primera del nuevo disco.
La puesta en escena, sobria, poco espectacular, con un telón de fondo que lucía la portada de 'IV' (lo mostraron al principio del concierto y al final en los bises ¿?) y de vez en cuando rodeados de humo artificial. Black Mountain prioriza la música por encima de la imagen, e indudablemente gana enteros en directo por su intachable ejecución. La vocalista principal, Amber Webber, da una imagen serena e introvertida, sin embargo de voz va sobrada (a medio camino entre Björk y Grace Slick) y cumple con creces cuando echa mano de la guitarra. El resto del grupo, excelentes cada uno en su puesto: Jeremy Schmidt nos maravilló con los sintetizadores y el órgano Moog, Joshua Wells demostró ser un gran batería, Stephen McBean perfecto alternando con las voces y guitarra, y el bajista Colin Cowan, todo un personaje de lo más simpático, muy llamativo tanto por su estética como por sus muecas a la hora de tocar. En conjunto compenetrados al máximo.
Black Montain presentaron prácticamente al completo 'IV', al que sumaron temas de anteriores discos. El concierto fue como una montaña rusa de emociones: hubo momentos para la calma y para la tempestad. Recrearon pasajes instrumentales con mayor protagonismo de la base rítmica y los teclados; y también levantaron muros de sonido con aplastantes guitarrazos. Bailamos con 'Old Fangs', los temas atiguos de 'In The Future' sonaron de lujo ('Stormy High'/'Tyrants'/'Wucan') y subimos a lo alto de la cima gracias a 'Don't Run Our Hearts Around', el remate final tras hora y media de soberbia actuación. Resumiendo, magnífica noche de Rock, Psicodelia y regresión al misticismo de los años '70s. A buen seguro, entre los mejores conciertos del año. Pasado el tiempo lo recordaremos.
2 comentarios:
Otro concierto que vas a llevar grabado a fuego de por vida, que no?. No he escuchado todavía "IV" pero lo haré en breve, de hecho después del discazo que se han sacado los Spiritual Beggars que me tiene enganchadísimo.
Saludos
No lo sabes bien, PUPILO. Un concierto memorable por muchas razones. Con el de Spiritual Beggars tengo que ponerme yo en breve, lo poco que escuché promete!
Saludos amigo
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