Nunca es tarde para mirar atrás si hay motivo que lo justifique. En este caso teníamos uno muy especial: regresar en la máquina del tiempo tripulada por Sex Museum. Unas dos o tres décadas que nos quitaron de encima, nada más, lo justo para volver a sentirme un chaval. No es que ahora me sienta viejo, pero por aquel entoces, cuando empezaba el quinteto madrileño a tocar, aquí uno estaba llamando a las puertas de la pubertad y todavía no había escuchado la llamada del Fuzz. Tampoco me hubieran dejado entrar a determinados locales, pero la ventaja de ir cumpliendo años es que, a veces, el destino te brinda una segunda oportunidad.
Esta sí que no la iba a desaprovechar. Sex Museum nos advirtieron que la gira "Back To The Fuzz" sería algo puntual, probablemente irrepetible, y aún sabiendo que siempre rescatan algún tema antiguo en sus habituales repertorios de directo, pocas veces tantos y tan seguidos. Respecto al concierto de Oviedo no nos podemos quejar, todo lo contrario, porque la retahíla de pildorazos que desplegaron durante hora y tres cuartos fue intensa hasta el final, a una velocidad de vértigo y con el punto de ebullición tan elevado que, en pocos minutos, se puso la sala al rojo vivo. "Big Cock", "Hot Generation" (The Sunsets) y "Get Lost" de inicio caldearon rápido el ambiente, que ya era una fiesta de por sí. Y para que ésta fuera completa, cómo no, más versiones de otros clásicos se añadieron al setlist...
Fernando Pardo encendió la chispa con seis cuerdas y un pedal Fuzz, pisando a fondo como mandan los cánones; Marta, espléndida, hizo lo propio sacando notas humeantes a un ritmo frenético, y a su lado Javi Vacas (que grande!), en un discreto segundo plano pero igualmente muy notable. En el centro, Miguel Pardo llevó la voz cantante incitándonos a seguirles, dejándose hasta la última gota de sudor, y qué decir de Loza, al que vi especialmente motivado golpeando con fuerza esa batería que rugía como un motor. Normal que lo sacásemos a hombros. Al final, la lógica se impuso y SEX MUSEUM volvieron a demostrarnos (nada nuevo, lo sabíamos), que viven por y para el ROCK'N'ROLL.
Entre los invitados: Deep Purple, Beastie Boys ("Mandrake Root", "Smoke On The Party"), The Seeds ("Pushin Too Hard") -muy bien interpretada por Loza-, The Sonics ("Have Love, Will Travel"), Eddie Holland ("Leavin' Here"), y la celebradísima de The Who ("I'm Free"), que fue parte del apoteosis final. ¿Acaso se puede tener mejor gusto?
Fernando Pardo encendió la chispa con seis cuerdas y un pedal Fuzz, pisando a fondo como mandan los cánones; Marta, espléndida, hizo lo propio sacando notas humeantes a un ritmo frenético, y a su lado Javi Vacas (que grande!), en un discreto segundo plano pero igualmente muy notable. En el centro, Miguel Pardo llevó la voz cantante incitándonos a seguirles, dejándose hasta la última gota de sudor, y qué decir de Loza, al que vi especialmente motivado golpeando con fuerza esa batería que rugía como un motor. Normal que lo sacásemos a hombros. Al final, la lógica se impuso y SEX MUSEUM volvieron a demostrarnos (nada nuevo, lo sabíamos), que viven por y para el ROCK'N'ROLL.
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