domingo, 17 de noviembre de 2013

[reseña] THE BLACK ANGELS - Indigo Meadow (2013)

Con motivo de su próxima visita a nuestro país en diciembre (fecha única!!), que tendrá lugar en el Purple Weekend de León, vamos a repasar el nuevo disco de The Black Angels, otra joya de neo-psicodelia que sumar a nuestra colección etiqueta negra. Los de Austin son, con todas las de la ley, una referencia indiscutible dentro del resurgir del Psych Rock en la última década, precisamente, cuando están a punto de cumplir su décimo aniversario. Y a una media de disco cada dos años (sin contar singles, Ep´s...) "Indigo Meadow" es el quinto en su cuenta particular.


¿Que nos vamos a encontrar? en principio, tranquilidad comprobando que no hay grandes cambios en su propuesta estilística. La canción de apertura que da título al disco es buena prueba de ello; marca la pauta a seguir con una intro de batería, que pronto se ve sumergida en siniestros remolinos de grisácea psicodelia y reverberación distorsionada con guitarras explosivas. No es buen presagio, ciertamente, pero su poder de atracción es irresistible y nos empuja hacia las siguientes, hasta darnos un sobresalto con "Don´t Play With Guns".



Escalofriante cuando menos, lo mismo que escuchar la voz de Alex Maas repetir una y otra vez "I'd rather die than be with you tonight" en la que viene a continuación, "Holland", ¡igual que si estuviera poseído por el espíritu de Syd Barret! En contrapunto tenemos un par de canciones como "Love Me Forever" y "You're Mine" de apariencia más amable, con una base musical muy juguetona, aunque no dejan de ser meras ilusiones porque aquí el romanticismo brilla por su ausencia, fruto de alguna alucinación en caso de que existiera...



Sin duda, The Black Angels conservan su esencia '60s y son reconocibles sus fuentes (13Th Floor Elevators, The Doors, Jefferson Airplane...) en canciones como "The Day", "Broken Soldier", "Always Maybe". Todas impregnadas de febril sicodelia, por lo general más cortas, pero tan punzantes como siempre, cargadas de teclados, pedales fuzz y la belleza de una melancolía capaz de crear confusión entre los sueños y la realidad o al revés (¿en pesadillas?). En tres semanas los veo y os cuento, mientras tanto, por favor ¡que no me despierten!

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