[crónica] THE ADICTS, Sala Acapulco - Gijón 05/05/13

No es la primera vez que sucede, pero no deja de extrañarme que para un concierto programado en la Sala Acapulco no podamos comprar entradas anticipadas en el propio Casino, cuando para la mayoría de bolos que se celebran allí sí, y que el promotor de dicho evento (esto es más grave aún) retire con dos dias de antelación las que están en los puntos de venta oficiales en Gijón, ¡sin previo aviso! Normalmente en Librería Paradiso los sábados por la mañana todavía se pueden comprar entradas, incluso si el concierto se celebra ese mismo dia, pero en este caso no fue así, y no veais la gracia que nos hizo. En fin, tomamos nota para otra vez, porque ese tipo de detalles cuentan y mucho. Quizás para la próxima nos pensemos dos veces el pasar por taquilla si dudamos con la banda de turno. 

 

Pero tener a los putos Adicts en Gijón no es algo que suceda con frecuencia, de hecho, era la primera vez que pisaba Asturias esta mítica banda del Punk Rock británico, con más de tres décadas de Historia a sus espaldas. Todo un acontecimiento que no debíamos pasar por alto. Y allí estuvimos para contarlo.

Con un retraso más que considerable, que para ser un domingo fastidiaba todavía más, tuvimos en los momentos previos amenizando el ambiente a los Nocivos, de Mieres. Y no lo hicieron nada mal, aunque tampoco la gente les prestara demasiada atención, excepto unos pocos que se juntaron en las proximidades del escenario mientras el resto aguardaba desde la distancia esperando la actuación principal. Para cualquier seguidor del punk melódico influenciado por bandas norteamericanas ´80/´90s, Nocivos pueden resultar un grupo más que interesante. Podeis escuchar y descargar su reciente disco "Tiempo de desastre" (2013) en Bandcamp.

Con The Adicts todos a sus puestos. Pasadas las once de la noche, en primera fila para recibir a Keith "Monkey" Warren y los suyos, no sin riesgo de ver peligrar nuestra integridad física. Y es que, señores del Casino, esas mesas redondas que separan estratégicamente el escenario de la pista ¡¡sobran!!. Está claro que si las queremos saltar nos las saltamos, como quedó demostrado, así que no cumplen más función que estorbar y joder rodillas, completamente inútiles para estos casos y peligrosas en conciertos de este tipo, digamos, un tanto alborotados.

Una intro sacada de La Naranja Mecánica sirvió para dar comienzo al concierto, apareciendo al poco después todos ellos uniformados como los drugos, de punta en blanco, exceptuando a Keith Warren, el último en salir, que lucía un traje de luces y rostro maquillado como un Joker. "This is Your Life" y "Let´s Go" servirían de calentamiento en los primeros minutos, bien aderezadas con cartas de poker, serpentina, confetis...etc, que volaron desde el escenario, convertido en una yincana constante a lo largo de la noche con reparto de múltiples "regalos". Si en el aspecto visual The Adicts son puro espectáculo, ni mucho menos se quedan atrás cuando tienen que plantar cara rockeando, tienen un show perfectamente estructurado, respaldado por auténticos temazos que son historia del Punk más universal, y muchas tablas, que les dan facilidad para meterse al público en el bolsillo a las primeras de cambio.

Como era de esperar se fueron sucediendo la ristra de clásicos, alternando de vez en cuando alguna del nuevo disco ("Gift It To Me Baby", "All The Young Droogs", "Horrorshow"...) y la locura se fue contagiando a medida que avanzaba el concierto. Invasiones de espontáneos subiendo al escenario, mesas rodando, balones de playa y cerveza volando por los aires, amagos de striptease por parte de alguna chica, avalanchas y pogos en las primeras filas. Un puto caos. Pete Dee (guitarra) y Kid Dee (batería) seguían avivando el fuego, ya imposible de apagar, y con "How Sad" fue el no va más.

Incendiario final, realmente espectacular, coreando al unísono "Viva la Revolution" y "You´ll Never Walk Alone", en plan hooligan con Keith Warren agitando la bufanda del U.C. Ceares. Y es que esa noche todos salimos ganando, algunos más hostias que otros, pero compartiendo un sentimiento de felicidad absoluta por asistir a este pedazo de concierto ¡¡Histórico!!

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