[crónica] ENDLESS BOOGIE, Taberna Belfast - Santa Mª del Páramo 04/05/13

El último concierto que dieron Endless Boogie por Europa, en esta reciente gira que los trajo de nuevo por el viejo contienente, hacía el número diecisiete en su cuenta particular y el primero en la mia propia, deuda que tenía pendiente con ellos desde hace tiempo y que, por fin, pude saldar gracias a los amigos de la Taberna Belfast, que tuvieron el buen gusto de programar su actuación el pasado fin de semana. Hasta Santa Mª del Páramo pusimos rumbo una vez más dispuestos a pasar una agradable velada de Rock, siempre garantizada cuando pisamos ese territorio, por la calidez humana y por un entorno que parece irreal, de ensueño, que transmite positivismo por lo acogedor y especial del lugar. Lástima que fuésemos pocos a la reunión porque este cuarteto de Brooklyn se portó fenomenal.

Y es que Endless Boogie merecían mejor suerte a su paso por aquí. En lo personal parecen muy buena gente, sencillos y muy normales en el trato a corta distancia, tomándose las cosas con mucha filosofía, los cuatro con un carácter que personalmente comparto, y que de alguna manera saben canalizar también a través de su música cuando suben al escenario. Sirva como detalle las palabras de Top Dollar en nombre de todo el grupo, agradeciendo la cena que habían desgustado previamente, gentileza de la casa, justo antes de comenzar su actuación.

Se les notaba a gusto en la antesala, durante y también después del concierto, como con ganas de agradar al personal y dejar un buen recuerdo ante los treinta y pocos asistentes que nos juntamos. En realidad no sabíamos muy bien con que nos encontraríamos exactamente, así que el efecto sorpresa fue mayor. Cuando comenzaron a sonar las primeras notas de "The Savagist" todos los buenos presagios se fueron confirmando, la maquinaria del boogie echó a rodar y nosotros con ella, sin más alternativa que dejarse llevar por una espiral cíclica de hard rock mareante, poderoso blues sin límite y jams de quitar los sentidos hasta perder toda noción de la realidad. Siguieron con "General Admission" y a continuación "Empty Eye", antes de marcarse la gran versión del "Rollin' & Tumblin'" que popularizara Muddy Waters. 

Prácticamente sin darnos cuenta estábamos siendo abducidos por la maestría con que Jesper Eklow manejaba el slide. Brindamos con ellos cerveza en mano y el tembleque en las piernas, siguiendo un ritmo imparable que terminó con la humeante "Smoking Figs in the Yard" del primer disco. Y así pusieron punto y a parte después de hora y media de concierto. Pero aún había más por delante. Para nuestra sorpresa, tras un descanso de quince minutos que aprovecharon para echarse un cigarrillo, regresaron al interior del local tomando de nuevo posiciones. El batería Harry Druzd se volvía a descalzar, y Top Dollar anunciaba esa canción de carretera titulada "Tarmac City", que algunos conocerán gracias a la serie de televisión Sons Of Anarchy. Subieron las revoluciones y la intensidad hasta cotas insospechadas, sentimos las vibraciones de una brutal descarga eléctrica y nos tiramos otra hora gozando hasta no poder más. El apoteosis llegó con la versión de "Momma" (Billy Thorpe and The Aztecs), DESCOMUNAL, superando los trece minutos y todas las expectativas. Todavía quedaría un último bis, pero la guitarra de Top Dollar dijo "basta", y aún así continuó, con una cuerda rota y fatigada terminaron la canción que puso fin a "solo" dos horas y media de concierto. Con eso nos tuvimos que conformar... Nada más.

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