Evaluar un concierto como el que dieron Graveyard el otro dia en Gijón es tarea difícil, desde la objetividad nunca lo hago, porque ¿cómo se mide eso?, y siendo subjetivo siempre pueden más las ganas y el deseo, inclinándose la balanza por defecto a favor del grupo en cuestión, negarlo sería de necios. Ahora bien, dicho esto, con todos los ríos de tinta que están derramando los suecos en los últimos tiempos, en primer lugar sería justo catalogar esta reciente gira que acaba de pasar por aquí como un éxito indiscutible, total y absoluto. Nos alegraría ver muchas veces más la Sala Acapulco con ese aspecto que presentó el viernes, cuatrocientas entradas aproximadamente es un buen número, que esto se repitiera a menudo sería buena señal para el Rock en la región, y también a nivel estatal.
Sabíamos de antemano que Graveyard habían agotado todas las entradas en tres de las cuatro las salas para las que estaban programados, con mucha antelación, y no deja de ser curioso el fenómeno desde un punto de vista sociológico. Digno de estudio el porqué esta banda lo peta y no otras, de corte parecido con tanta o más calidad, y que por desgracia pasan desapercibidas para la mayoría del público. Ejemplos, mil. Se me ocurren muchos, sin restar por ello méritos, alabanzas y reconocimientos a Graveyard. Indudablemente, todos merecidos.
Se respetaron los horarios de inicio, y sobre las 21:00h una gran expectación estaba lista para recibir de forma muy entusiasta la aparición del grupo. "An Industry of Murder" daba el pistoletazo de salida, tal y como podeis ver en el video. Esas sirenas nos pusieron en alerta, un buen toque para entrar en materia con la primera del nuevo album. En principio, el sonido no fue todo lo bueno y deseable que cabía esperar, aunque mejorase más adelante.
Empezaron muy fuerte, arrollando hasta que llegó "Slow Motion Countdown", donde pudimos comprobar que Joakim Nilsson, además de hacer una buena labor como guitarrista, cumple de sobra en la parte vocal modulando con diferentes registros. Parecía sentirse cómodo en medios tiempos, y destacó en canciones lentas ("Uncomfortably Numb", "Hard Times Loving"...), ideales para tomar respiro y recuperar el aliento entre tanta descarga eléctrica. Por contra, la muralla rítmica de Rikard Edlund (Bajo) y Axel Sjöberg (batería) tapaba en ocasiones unas guitarras que a duras penas distinguimos y que, desde nuestra posición, no se escuchaban con todo el peso que hubiéramos querido. En cuanto al setlist, ninguna sorpresa. Invariable durante toda esta gira, queda reflejado en un directo que no se mueve ni un milímetro del guión, con una precisión muy trabajada, donde las partes supuestamente improvisadas como ese final de "Thin Line" no lo son tanto, aunque ganen efectividad.
Al final hora y cuarto de concierto, muy bueno por momentos y otros mejorables, pero sin queja en líneas generales y del que la mayoría salimos contentos. De lujo para muchos que se haya producido esta visita, quién sabe si nos veremos en otra así, puesto que traer a Graveyard no fue nada fácil, me consta, y más complicado será que se repita. En todo caso que nos quiten lo bailado, valoramos la experiencia como positiva y diremos que, sí, mereció la pena estar allí.
+ FOTOS DEL CONCIERTO AQUÍ
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2 comentarios:
Aunque parece ser que las sensaciones son buenas en su mayoría, no lo son del todo, y el tema "sonido" si que estoy viéndolo en las diferentes fechas. En Madrid, sonido muy apagado, no fue revuelto por lo tanto, pero no llego con la pegada que sabemos que tienen. En fin, espero tener mas oportunidades de verles.
Saludos!!!!
Fue un buen concierto, Mr. Sabbath, de eso no cabe duda. Aunque mejorable, coincido contigo en el tema de sonido, y también creo que les falta un poco más de empatía con el público. Como digo, da la sensación de que lo tienen todo calculadísimo, y la prueba es que repiten mismo setlist en toda la gira (hasta las mismas frases entre canción y canción!). Viendo el éxito que están teniendo, seguro que habrá más oportunidades.
Saludos!!
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