Encontramos múltiples razones para sumergirnos en su escucha, preferentemente al caer la noche, y ahora que los días son más cortos y las horas de luz más escasas... ¿acaso no sucede lo más interesante dentro de estas franjas horarias?.
Un disco que mantiene la llama encendida iluminando diferente vías llenas de misterio y suspense. A ello contribuye el fenomenal trabajo de Chris Waldo a la guitarra, dibujando líneas incisivas y melodías embrujadas, siempre sugerente. Guts Guttercats marca el rumbo a seguir, armado de guitarra acústica y portavoz vital liderando este proyecto. Adrien Calvez (percusión, sintetizador, teclados), Lick Lickens (bajo) y el nuevo integrante Orane Murail (viola) ornamentan el resto.
Sería absurdo destacar alguna canción sobre las demás cuando todas tienen su encanto y es su conjunto lo que refuerza la solidez de un disco tremendo. Suficientemente variado, enérgico por momentos, en ocasiones más sosegado, con medios tiempos y, cuando lo precisa, tan eléctrico como un destello infinito en un cielo estrellado. ¡Larga vida a Guttercats!!
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